Sé que muchas familias tienen que hacer auténticos malabares: campamentos urbanos, abuelos, vacaciones por separado... Nosotros sin embargo lo tenemos más fácil porque nuestra rutina apenas cambia.
Como El Pequeño no va a Escuela Infantil, está todos los días en casa, por lo que hemos tenido que adaptar nuestros horarios: por la mañana su padre está en casa, y por la tarde estoy yo. En medio quedan un par de horas que nos cubren los abuelos (¡Benditos abuelos!) y así podemos llevar la rutina más o menos bien.
Así que en verano, nuestro planning es el mismo: los niños están en nuestra casa hasta la hora de comer, y después su padre los deja con los abuelos para ir a trabajar. Cuando yo llego, los recojo o me los traen a casa para darme un poco de tiempo para cocinar, ducharme y esas cosas. Además, también tenemos a mi madre que nos echa una mano cuando los otros abuelos no pueden. Esto seguirá así hasta que nosotros podamos coger vacaciones y estar todo el día con ellos, pero esto sólo pasará durante quince días, un tiempo muy corto dentro de las vacaciones escolares.
Si no fuera porque tenemos a los abuelos para ayudarnos, tendríamos bastante problema para conciliar, tendríamos que recortar horarios y correr aún más para llegar a todo. La ayuda de los abuelos es inestimable.
¿Y tú? ¿cómo te las apañas en verano?
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