He aprendido a ser paciente, no hay tanta prisa por llegar a los sitios.
He aprendido a mirar al suelo, las hormigas son muy interesantes vistas de cerca.
He aprendido que sentarme en el suelo y jugar con los coches es una interesante opción para un sábado por la tarde.
He aprendido que se puede vivir sin dormir una noche entera casi dos años, y no morir en el intento.
Y sobre todo, que se puede querer infinito a una persona que aparece de pronto en tu vida, y que lo más bonito es que ese amor sea correspondido sin condiciones.
Revisando el post del año pasado, veo que es más mayor, pero que mantiene sus costumbres:
Le sigue encantando cocinar, y aún necesita ayuda con los huevos.
Casi ha abandonado los coches, y le apasionan los Legos y los Playmobil.
Tenemos un ritual antes de acostarnos que debe ser cumplido íntegramente. Y el perrito, que no falte.
La mamitis continúa, acrecentada por la llegada de su hermano.
Su nueva obsesión es dibujar robots y ponerles nombre escribiendo letras al azar. A veces suena la flauta y escribe alguna palabra con significado, aunque no es lo habitual.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, PEQUEÑO!
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