68. La campana de cristal, de
Sylvia Plath.
Única obra narrativa de la gran poeta norteamericana, ésta es una
novela sobre la adolescencia, un retrato de la artista adolescente y de las
dificultades que debe salvar para encontrar un lugar propio en un mundo plagado
de hostilidades.
Es un libro muy antiguo (de 1963) y la única novela de su escritora, que se suicidó poco después. Es semi autobiográfica y habla sobre todo de la depresión y el suicidio. Es un libro raro y difícil, pero muy curioso de leer. Le doy un 6.
69. Locos, ricos y asiáticos,
de Kevin Kwan.
Cuando la neoyorquina Rachel Chu acepta pasar el
verano en Singapur con su novio, Nicholas Young, imagina un hogar familiar
humilde y tiempo a solas con el hombre con el que espera casarse. Pero Nick ha
olvidado facilitar ciertos detalles a su novia. En primer lugar, que la casa en
la que creció parece un palacio; segundo, que está más acostumbrado a viajar en
aviones privados que en coche; tercero, que, aparentemente, es el hombre
soltero más codiciado del país.
Y, tan pronto como aterriza de su brazo, Rachel se
da cuenta de que en ese mundo de riqueza inimaginable sus vacaciones acaban de
convertirse en una delirante carrera de obstáculos.
Y hablando de libros raros, aquí viene otro. Me niego a creer que los asiáticos sean tan racistas y tan zumbados, espero que sea solo una exageración literaria del autor. Pero realmente es un libro divertido y muy entretenido de leer. Le doy un 6,5.
70. La ciudad perdida del Dios
mono, de Douglas Preston.
Desde los días de Hernán Cortés han circulado
rumores sobre una ciudad perdida con inmensas riquezas escondida en alguna
parte de Honduras, llamada la Ciudad Blanca o la Ciudad Perdida del Dios Mono.
Los pueblos indígenas hablan de ancestros que huyeron a ese lugar para escapar
de los conquistadores españoles, y advierten que cualquiera que entre a esta
ciudad sagrada enfermará y morirá. En 1940, el periodista estadounidense
Theodore Morde regresó de la selva con cientos de objetos antiguos, asegurando
haber encontrado la Ciudad Blanca. Sin embargo, se suicidó sin revelar su
ubicación.
Tres cuartos de siglo después, el escritor Douglas
Preston se unió a un equipo de exploradores en una nueva aventura. A bordo de
un viejo avión monomotor, y gracias a un avanzado dispositivo láser,
descubrieron la imagen inconfundible de una metrópoli entre el denso follaje
selvático. Aventurándose en esta tierra salvaje, Preston y el equipo de
investigadores se enfrentaron a lluvias torrenciales, arenas movedizas,
insectos portadores de enfermedades, jaguares y serpientes. Sin embargo, no fue
sino hasta su regreso que la tragedia los golpeó: Preston y otros descubrieron
que habían contraído una terrible enfermedad en las ruinas.
Este libro no es una novela, sino la narración en primera persona del autor, que asistió al descubrimiento arqueológico en directo. Es muy interesante, sobre todo para quienes les guste la arqueología. A mi, que no me interesa especialmente, me ha gustado mucho, porque la narración es explicativa sin ser aburrida. Le doy un 7.
71. Jaque al psicoanalista, de
John Katzenbach.
Han pasado cinco años desde que el doctor Starks acabó con la pesadilla
que casi le cuesta la vida y que arrasó con todo lo que había sido hasta
entonces, descubriéndole las facetas más oscuras del alma humana, también la
suya.
Desde entonces, ha logrado reconstruir su vida profesional y vuelve a
ejercer de psicoanalista instalado en Miami y atendiendo a adolescentes con
graves problemas psicológicos y también a pacientes adinerados de la sociedad
de Florida.
Sin embargo, una noche, cuando entra en su consulta, descubre tumbado
en el diván a aquel al que había dado por muerto: Rumplestilskin ha vuelto y
esta vez no busca acabar con él sino solicitar su ayuda. Por supuesto, no va a
aceptar un no por respuesta.
Esta es la segunda parte de El psicoanalista, una de las novelas más conocidas de este autor. Si no has leído la primera parte, tienes que hacerlo porque es necesaria para entender la trama. Si, como yo, la leiste en su momento, vuelve a leerla, porque cuatro años es mucho para recordar los detalles. El libro es como todos los de Katzenbach: expone la trama, empieza a hacerse aburrido y de repente hay un giro que vuelve trepidante la narración. Me ha gustado más que los últimos libros del autor. Le doy un 7.
72. El cuarto mono, de J.D.
Barker.
El detective de la policía de Chicago Sam Porter
investiga el caso de un hombre atropellado, pues los indicios en la escena del
crimen apuntan a que se trata de El Cuarto Mono, un asesino en serie que ha
estado aterrorizando la ciudad. Su modus operandi consistía en enviar tres
cajas blancas a los padres de las víctimas que secuestra y mata: una primera
con una oreja, una segunda con los dos ojos, y otra con la lengua; y finalmente
dejar abandonado el cuerpo sin vida en algún lugar.
El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia así una frenética carrera contrarreloj para averiguar dónde se encuentra encerrada la próxima víctima.
El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia así una frenética carrera contrarreloj para averiguar dónde se encuentra encerrada la próxima víctima.
Novela negra de la que yo denomino "asquerosa", con sangre, y tripas y detalles repugnantes. Si te impresionó La novia gitana, ni se te ocurra leerlo. Si eres lector habitual de novela negra, te va a gustar, como a mi. Es una narración que no tiene momentos aburridos, todo es rápido y agobiante. Le doy un 7.
73. Un mar violeta oscuro, de
Ayanta Barilli.
Una maldición recorre las vidas de Elvira, Ángela y
Caterina: elegir a hombres que no las supieron amar.
Elvira se casó con Evaristo, un demonio que sembró
el miedo y la locura. Su hija Ángela renunció a sí misma por un marido ausente,
siempre en los brazos de otras, incapaz de ocuparse ni de ella ni de sus hijas.
Y la indómita Caterina, tercera de la saga, acabó enamorada de otro ser
diabólico, sin tener conciencia del peligro que corría. Sólo Ayanta, última
descendiente, se enfrentará a su herencia transitando el camino de los
recuerdos y de la verdad.
Finalista del premio Planeta de este año, la autora mezcla parte de su biografía dentro de la narración de ficción. Es la historia de tres mujeres que a la vez se entrelaza con la de Ayanta, la más joven de todas. No sé si me ha gustado, es bastante triste y de las que dan mucha rabia. Eso si, despierta muchos sentimientos. Le doy un 6,5.
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