martes, 10 de septiembre de 2013

Peripecias de mamá: La bolsa del Hospital

Después de dar a luz, lo que más me preguntaban otras futuras mamás era qué meter en la bolsa del hospital. Esto es lo que yo llevé, teniendo en cuenta que era un hospital público de la Comunidad de Madrid (en los privados se siguen otros protocolos):

Para la madre:
  • Informes médicos y tarjeta sanitaria. A mi no me pidieron los informes en ningún momento, pero llévatelos por si acaso.
  • Un camisón, de manga corta y abierto por delante, para facilitar la lactancia. Este volvió igual que se fue, sin estrenar. Decidí usar el que me dieron en el hospital, así si se manchaba no tenía que lavarlo yo. 
    Aunque se puede llevar un pijama, no es recomendable: si te hacen cesárea, te molestará la goma del pantalón en la herida, y si es parto natural, pasarán médicos y enfermeras a explorarte y tendrás que quitarte los pantalones varias (muchas) veces.
  • Una bata. Esta también volvió como se fue. Sólo la aconsejo si la usas normalmente, o si en tu hospital hace frío, algo que creo que no pasa en ninguno.
  • Zapatillas de andar por casa. Durante los dos primeros días yo tuve los pies bastante hinchados, por lo que no recomiendo que sean muy estrechas, y tampoco que sean nuevas.
  • Ropa interior. Yo me compré un pack de Primark de bragas de cintura alta, y fue lo que usé. Hay gente que recomienda las desechables, pero a mi, sinceramente, la idea de unas bragas de plástico no me atrae nada.
  • Neceser. Llévate lo básico: champú, gel, crema corporal y crema facial, y cualquier cosa que uses normalmente. En el hospital es posible que te faciliten esponjas con jabón, así que tú decides lo que necesitas llevarte. Si te sueles maquillar, llévate algo para el día que salgas, te subirá la moral.
  • Ropa limpia. También para el día que salgas, en caso de que te mancharas la que traías puesta el día del parto.
  • Compresas postparto. Llévate alguna si quieres, aunque también te las darán allí. Las que me dieron a mi eran como un algodón con una red, que no me sirvieron para nada. Los tres primeros días usé empapadores doblados a lo largo, y una vez en casa, compresas de celulosa normales, que compré en Mercadona. Si tienes puntos, no son recomendables las compresas normales, porque se te pueden enganchar los puntos a la red de plástico que tienen.
  • Hay gente que se lleva chanclas para usar en la ducha. Si eres muy escrupulosa, llévatelas, sobre todo si la habitación es compartida.

Para el bebé:
  • Bodies. Recomendable que sean de manga larga para los primeros días. A mi no me lo dieron en el hospital, aunque sé que en otros hospitales si te lo facilitan.
  • Pijama. También de manga larga, y finito, por lo que decía antes de la temperatura del hospital. Yo me lo llevé, pero no sé si llegué a usarlo.
  • Ropa para el día de la salida. Esto depende de la madre: hay algunas que sacan al bebé del hospital en pijama y otras a las que les gusta comprarles algo especial. Si es invierno, abrígalo bien, los primeros días no regulan bien la temperatura corporal.
  • Pañales, toallitas y empapadores desechables. A mi me lo dieron todo en el hospital.

Para el padre:
  • Algo de comer. El padre pasará muchas horas en el hospital, primero durante el parto y luego acompañándote, y a él no le dan de comer.
  • Una manta. Aunque en los hospitales hace calor, si se queda a dormir contigo por la noche es necesaria. También, si quiere, un pijama y zapatillas de estar en casa.
  • Ropa y zapatos cómodos. Como decía antes, va a pasar muchas horas en el hospital, por lo que es recomendable que lleve ropa y zapatos cómodos.
Esta es una lista general, y como ya he dicho, cada hospital tiene sus normas. Antes de dar a luz, pregunta si hacen visitas guiadas. Así conocerás los protocolos de tu hospital tanto en el parto como en el postparto.

martes, 3 de septiembre de 2013

Caballo de Troya, de J. J. Benítez

Para cambiar un poco, esta vez os voy a hablar de una saga completa, que por ahora cuenta con 9 libros: Caballo de Troya, de J. J. Benítez.

Esta es una síntesis del argumento: 

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En un proyecto secreto, dos pilotos de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas viajan en el tiempo al año 30 de nuestra era, a la provincia roma de Judea (actual Israel). Objetivo aparente: seguir los pasos de Jesús de Nazaret y comprobar, con el máximo rigor, cómo fueron sus últimos días.

Jasón y Eliseo, responsables de la exploración, viven paso a paso las terroríficas horas de la llamada Pasión y Muerte del Galileo. Posteriormente, en un segundo viaje, comprueban la realidad del sepulcro vacío y las sucesivas “presencias” de Jesús resucitado. Jasón se aventura en Nazaret y reconstruye la infancia y juventud de Jesús. 

Fascinado por la figura y el pensamiento de Jesús de Nazaret, Jasón toma la decisión de acompañar al Maestro durante su vida pública o de predicación, dejando constancia de cuanto ve y oye.

Y aunque sus vidas se hayan hipotecadas por un mal irreversible, consecuencia del propio experimento, Jasón y Eliseo se arriesgan a un tercer salto en el tiempo, retrocediendo al mes de agosto del año 25, donde encontrarán a Jesús al principio de su vida de predicación. 

En pocas palabras: los libros narran, al principio, la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y después, su vida mientras empezaba a predicar y a buscar a sus doce apóstoles, desde otro punto de vista. Descubres a personajes humanos, con sentimientos y contradicciones. Entre todo, yo destacaría las páginas dedicadas a la muerte de Jesús, y las que hablan de la boda de Caná. 

Realmente, muchas veces durante la lectura, me he planteado si es posible que este proyecto sea un proyecto real. A pesar de que es imposible, la descripción de los hechos me ha hecho plantearme si realmente Jasón y Eliseo han estado en los escenarios que narran. 

Es una saga muy interesante, y, a pesar de que son libros de bastantes páginas, se leen muy rápido y muy bien. La historia te atrapa, y no puedes dejar de leerlos. Eso si, requiere ciertos conocimientos de la vida de Jesús de Nazaret.

Acabo de descubrir que hay una especie de epílogo: El día del relámpago. A por él que voy.

Sobre el autor:

J. J. Benítez (Pamplona, 1946). A sus sesenta y seis años se dedica, fundamentalmente, a pensar. De vez en cuando escribe. Sigue investigando, pero en silencio. Cree saber quién es y por qué está en el mundo. «Lo demás —dice— no importa.»